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Mercurio retrógrado en Piscis y Acuario

-Del 17 de febrero al 10 de marzo

 

 

La razón suelta sus amarras y
ceda su lugar
al canto del misterio.

texto y poema por Wem Marcos Wertheimer
arte por Dragana J Art

Una vez más, Mercurio empezó a retrogradar. ¿Y por qué en nuestra cultura hacemos tanto drama cada vez que esto sucede? Porque somos adictxs a la mente. Porque no conocemos otros modos de percibir que a través del filtro de la razón. Porque no conocemos otro modo de comunicación que la palabra.

Y cada vez que Mercurio retrograda, es como si la mente estuviera menos funcional, como si los flujos de pensamientos fueran más lento, como si las palabras se mezclaran descubriendo los silencios. ¿Te das cuenta de lo hermoso que esto puede ser? ¡Y ahora además potenciado por Piscis! Las ideas se vuelven frágiles, el misterio quiere cantar. Necesitamos aprender otros lenguajes: los del cuerpo y el poema. Los que no intentan agarrar a la vida y fijarla en estructuras. Los que simplemente la acarician -y se dejan acariciar. Los que hacen estallar los significados habituales, plagándolos de silenciosas aperturas.

Es difícil soltar la cabeza, dejar las ideas de lado. Pero solo así podés escuchar el rumbo de poema. ¿Te animás a recorrer este camino, donde todo permanece abierto y en contacto con la incertidumbre? Da miedo soltar las amarras de nuestras certezas racionales. Da miedo soltar los números y las palabras. Pero solo así podemos conocer el significado profundo de las cosas, el que solo se puede expresar desde el arte.

Aunque lo intentes, Mercurio retrogradando en Piscis no te va a dejar articular ideas muy claras, ni hablar con mucha precisión. O, mejor dicho, la precisión que ahora está accesible es la del poema y no la de la razón. El poema se filtra por el cuerpo.

No, no son tiempos de articular pensamientos y palabras. Es tiempo de acercarte a la vida. Escucharla. Sentirla. Abrirte a resonar con ella. Y practicar la empatía entre los cuerpos, la capacidad de vincularnos desde la sensibilidad abierta, y no desde códigos cognitivos. Y abrirte al misterio del encuentro, esta práctica que proponemos en todas nuestras actividades y sesiones individuales.

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