Venus en Acuario

por Wem Marcos Wertheimer

Venus en Acuario en la Carta Natal

¿Amor convencional? No, definitivamente no. Pero tampoco no convencional. Amor inetiquetable. Ni monogamia ni poligamia. No, no me vengan con etiquetas. Venus en Acuario es el anhelo de que la relación sea infijable. Una relación original. Pero ni siquiera original como opuesto a habitual. Original porque estamos siempre cambiando. Porque yo nunca soy le mismx, y vos tampoco. Original cada vez, en cada encuentro. Relacionarnos como una constante novedad, una constante sorpresa.

Si no, no hay relación posible. Las rutinas, las repeticiones, se hacen bastante insostenibles para Venus en Acuario. Salirnos de lo establecido, siempre. Y si dura, es porque ambxs nos estamos abriendo a esta constante locura de vincularnos. La relación que vale es la relación auténtica. Ahí sí dan ganas de quedarnos. Cuando somos honestxs en nuestras singularidades. En este sentido, es interesante que Venus en Acuario empiece a reconocer también que una misma relación puede ser siempre diferente, para no caer en el irse por irse, generando así, paradójicamente, algo sumamente repetitivo.

Venus es cómo nos abrimos a la relación. Siendo Venus en Acuario, nuestro abririnos siempre es ante lo diferente. Ante lo cambiante. Ante lo imprevisto. También hay un fuerte magnetismo que se da en lo mental: cuando percibe modos de pensar diferentes, revolucionarios. Eso hechiza mucho más que su cuerpo.

Venus es también nuestra relación con el placer. Venus en Acuario tiene cierto riesgo de pensar mucho sobre su placer, en lugar de vivenciarlo. Pero, de vivenciarlo, es también con estas excentricidades. Lo delicioso está en el explorar siempre nuevas posibilidades. En hacer eso que “no se hace”. Venus en Acuario es unx revolucionarx del placer. Unx agitadorx de los modos habituales. Unx creadorx inevitable de nuevas experiencias. Puede que también haya un magnetismo a usar elementos eléctricos para potenciar y acompañar el placer.

Un extremo posible de Venus en Acuario es la virtualización del cuerpo, si sigue el camino que nombraba de pensarlo demasiado, de separarse. Por eso es importante guiarse en la ruta del cuerpo, reconocer el cuerpo como un territorio de constante novedad. Así es como un Venus en Acuario puede mantenerse en el cuerpo.

Lo mismo con la belleza, la otra cualidad venusina: Venus en Acuario tiende a sentir bello principalmente aquello que nos propone modos diferentes, aquello que nos saca del lugar común. Artísticamente será ese arte más extraña, que nos vuela la cabeza (tanto así que a veces ni siquiera es la vanguardia, que ya se percibe como algo muy general.)

Venus en Acuario en el cielo -del 2 al 25 de febrero

Vincularnos es una locura. Porque es siempre nuevo. Nunca jamás somos las mismas dos personas relacionándose. Nunca jamás la relación es la misma. Aaaaaah. Dulce vértigo.

Los momentos en que Venus circula por el cielo en el signo de Acuario, son momentos en que se nos imponen renovaciones necesarias en lo vincular. Descubrir los patrones que se rigidizaron en nuestros modos de relacionarnos y, justo ahí, abrir preguntas, sembrar locuras, sacudir las estructuras.

Para quienes tienen más tendencia a lo estable en las relaciones, se complica un poco la cosa. Porque Venus en Acuario trae las preguntas incómodas. O la incomodidad con lo ya establecido.

Puede que aparezcan en estos períodos imprevistos inexplicables en nuestra relación, ya sea que nazca de nosotrxs o de las personas con las que nos vinculamos. De pronto, algo cambia. Nos deja sin tener idea de nada. Nos desorbita.

Necesariamente, Venus en Acuario en el cielo trae momentos de inestabilidad vincular, percibamos esto como delicioso o como trágico. Inestabilidad es posibilidad de cambio, posibilidad de actualización. Esa es la clave: Venus en Acuario es una actualización vincular. De nosotrxs dependerá cómo acompañamos esta actualización. Y sí, casi inevitablemente habrá resistencias. Cosas que necesitan cambiar, y que querríamos que no cambien. Angustias inevitables de lo que se actualiza.

Y detrás asumir que, por mucho que quisiéramos, la relación siempre es absolutamente impredecible. Por mucho que qusiéramos agarrar. Venus en Acuario nos viene a mostrar, cada año, que relacionarnos siempre es en la total incertidumbre.

Principales aspectos

Conjunción Saturno y cuadratura Urano – del 4 al 8 de febrero

este año está regido por la cuadratura menguante Saturno-Urano. Esto implica un movimiento colectivo donde se ponen en tensión las pautas sociales y las libertades individuales (ver artículo completo). Cuando Venus se encuentra con este tránsito, esta tensión se traslada al interior de nuestros modos de relacionarnos y de sentir placer.

Son cinco días de muchísima agitación vincular. ¿Cuánto de lo que hacemos lo hacemos para encajar, y cuánto tiene que ver con nuestra singularidad real? ¿Cuánto nos relacionamos desde formas aprendidas, y cuánto desde la honestidad de esta relación? ¿Cuánto seguimos convencionalidades sexuales, y cuánto nos permitimos investigar nuestros propios territorios del placer?

Las preguntas a mí ya me excitan. Veremos cómo se disponen estos días.

Conjunción Júpiter – del 8 al 14 de febrero

Ni bien terminan los tránsitos anteriores, Venus se encuentra con Júpiter en Acuario. Algo de esas tensiones pareciera resolverse. De pronto, vemos claramente esa singularidad que tan en tensión estaba. Después hay que ver si nos atrevemos a habitarla, a nombrarla. Pero que la vemos claramente, la vemos claramente. Se nos desborda del cuerpo. Esa actualización inevitable en nuestras relaciones y en nuestra sexualidad se pone a flor de piel. Se expande en todo el cuerpo y más allá de él. La sensualidad nos posee. Y ella es la que nos guía estos 7 días.

Insisto en que dependerá de cada quién cuánto nos atrevemos a ver tan claramente nuestra singularidad vincular y sexual, y cuánto nos resistiremos a eso que el cuerpo nos revela. Pero la claridad va a estar.

*Texto escrito por Wem Marcos Wertheimer, investigador y consultor astrológico
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