¿Cómo es desear en un mundo sin rumbo, sin respuestas? ¿Cómo es desear cuando todo está cayendo?
Entre frustraciones, temores, ganas de desaparecer, de dejar el juego. Entre el miedo de aislarnos, y el miedo de salir al mundo. En medio de este terror de encontrarnos. ¿Cómo es desear, si tenemos que estar contando el dinero? ¿Cómo es desear, cuando nada es seguro?
Pero, ¿alguna vez hay algo seguro? ¿O este momento es solo evidencia de la incertidumbre en la que siempre hemos vivido?
¿Cómo es desear asumiendo que nunca hubo, hay ni habrá algo seguro?
Tal vez solo esto: encendernos, apagarnos, probar, equivocarnos, recalcular, salir disparadxs en la dirección equivocada, recalcular, probar, no entender nada, seguir probando, dejar de probar, detenernos, vaciarnos, llenarnos, volver a probar. Desaparecer. Renacer. Caer. Volver a levantarnos. Tal vez todo eso es el deseo. No solo cuando sé lo que quiero y voy a por ello. Tal vez desear también sea esto, tal vez en el fondo desear es siempre probar. Científicxs locxs en el laboratorio de la vida, creando inacabablemente mundos. Una secuencia infinita de Big Bangs que prueban universos. Y muchos no llegan a nada. Y otros llegan a algún lado, que es lo mismo que no llegar a nada.
Y en el fondo, siempre la pista que nos decía el Don Juan de Castaneda: todos los caminos llevan al mismo lugar, a ninguna parte. La única pregunta que importa: este camino que estás caminando, ¿tiene corazón?
En este caos deseante, en este movimiento en la incertidumbre, tus movimientos, ¿tienen corazón?
Sigue siendo la única pregunta necesaria. La única pregunta que realmente puede hacer volar por los aires el tablero de juego. La única pregunta que nos puede acercar al aroma de la plenitud. No el deseo que se cumple. No el saber lo que queremos. Simplemente preguntarnos: ¿qué es lo que hoy está teniendo corazón?
Y ahí sí, cuando podemos sentir ese temblor en el pecho, dejar de dudar. Tomar toda la fuerza de esta Luna Nueva en Aries, y mandarnos de lleno en esa dirección, en la dirección del corazón. Sabiendo que así no existe error. Aunque a veces duela, aunque a veces incomode. Aunque implique alejarnos de personas queridas. Aunque a veces implique sacrificio. Aunque estemos muertxs de miedo. Si es el camino del corazón, si todo el cuerpo está de acuerdo, no hay error posible. Solo queda lanzarnos, enterxs. Y dejarnos sorprender por todo lo que el camino nos depare.