Cada día me es más obvio lo necesario y vital que nos es jugar. ¡Ni que en algún momento estuviéramos haciendo otra cosa! Ni que fuéramos algo más que meras criaturitas jugando en la inmensidad del misterio, creando y destruyendo, riendo, ganando, perdiendo. Siempre jugando. Jugando con el tiempo y con el espacio, efímeros e infinitxs, limitadxs y expansivxs.
Sol entra en Géminis y, por si quedaran dudas, nos recuerda que las cosas no son tan serias como tantas veces nos las imaginamos. Que la cosa no es tan pesada. Que nada es tan definitivo. Que simplemente vamos probando, pifiando, acertando, volviendo a probar, una y otra vez, en este juego sin fin que es vivir.
Aunque Supervivencia insista en que no, en que las cosas son siempre de vida o muerte, en que todo el tiempo tenemos que esforzarnos para sobrevivir. ¡Incluso Vida y Muerte son parte de este juego! Dice riendo Mercurio. Con alas en los pies, del Hades al Olimpo, del reino de los muertos al reino de los mortales al reino de los inmortales, corro y danzo y juego y comunico. Incluso vida y muerte son parte de este juego que todes estamos jugando.
Así que, ¿qué más da? ¿Qué te ata a jugar un juego que no te divierte jugar? ¿Qué te ata a seguir con el ceño fruncido, encerrade en grises cotidianidades que no tienen nada que ver con vos?
¡Ya fue! Alzá la vista: mirá toda esta inmensidad, todo este misterio vibrante, todo disponible para tu juego! En la ciudad y en la montaña, en el río y en el mar: ¿a dónde te lleva tu curiosidad, tu atrevimiento, tu vitalidad desnuda?
¡Qué el pulso del juego inocente y atrevido sea nuestra única brújula en este gran misterio!
Escrito por Wem Marcos Wertheimer, consultor e investigador astrológico
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