Intimidades que se encuentran

Venus en Cáncer, del 03/06/2021 al 27/06/2021

Acercarnos. Saber que también podemos ser descanso, refugio. Espacio seguro donde nombrar ese miedo, ese dolor, ese que tan tatuado está en nuestro pecho. 

¿Qué es la intimidad? Pregunta Venus en Cáncer.

Dibujarnos un encuentro. Por un momento, sentirnos a salvo en medio de toda esta inmensidad. Compartir las aguas de un beso, ríos que confluyen y se aquietan. La serenidad del lago, donde las lunas se reflejan.

Sé que muchas veces nos cuesta acercarnos. Nos aterra. Es que tantas veces nos acercamos y dolió. Tantas veces nos unimos, solo para sentir después esa horrible sensación de lo que se separa. Como si volviéramos a nacer, derivas en un mundo sin respuestas.

Pero de tanto evitar el contacto solo podemos marchitarnos. Grises y tristes. Superficiales y coloridos. Da igual. Sin encuentro. Sin posibilidad de entrar en ese territorio profundo. Ese de cuando nos mostramos desnudes. Con todos nuestros rostros al descubierto. Cuando nos revelamos frágiles, también. Tan frágiles como la gota que cae en el lago. 

Ser el lago, también, listo para contener todas las gotas. 

¿Qué sentís ante la posibilidad de mostrarte así ante otre? Pregunta Venus en Cáncer. ¿Estás listx para que de las cicatrices del dolor florezcan flores de dulce intimidad?

Descansar juntes. Un abrazo, una lágrima, un poema. Intimidades que se encuentran y se danzan. 

Abrirnos a la ternura que nos abre. Que nos deja porosxs. 

En este abrazo 

ya estás en casa.

Venus en Cáncer en la Carta Natal

La relación tiene que ser un espacio de descanso, de refugio, o no es. Ahí está el magnetismo: en ese encuentro que nos revela desnudes, humanes. Ese encuentro donde puedo soltar mis defensas, y donde te invito a soltar las tuyas. Donde podemos acogernos en el calor de nuestros cuerpos. 

La intimidad es una necesidad. 

Es tan incomprensible que haya quienes buscan sexo sin afecto, vínculos sin amor.

 Aunque sí, a veces quizás incluso sea demasiada la ternura, me ponga un poco goma, y me olvide de que también está mi necesidad sexual. Sí, es cierto. Pero realmente, si tengo que elegir, elijo el amor. Todo lo otro es accesorio.

El placer solo puede venir de la mano de la ternura. Incluso el placer conmigo: no hay mayor goce que el de conmoverme. Esa es mi mayor atracción: aquello que me conmueve. Que me toca. Que me eriza.

Una canción, un poema, un beso. Que me erice cada poro de la piel. Ahí donde me puedo derretir. Donde se deshace toda cáscara. 

No me interesa estar en la superficie. Ni un poco. Quiero conocerte, quiero que me conozcas. Quiero que nos contemos nuestras historias a la luz tenue de una vela. 

Solo cuando somos refugio, puedo abrir mi corazón de verdad. Y no hay mayor placer que este corazón abriéndose a tu rostro conocido.

Venus en Cáncer oposición Plutón – 24/06

Toda historia de amor tiene su lado oscuro. El pulso regido por el miedo que habita en las entrañas. Venus-Plutón nos pone en juego el fracaso conocido de toda historia de simbiosis. 

No somos la misma criatura. Somos dos criaturas diferentes, encontrándonos por un tiempo limitado en nuestros viajes.

Qué mierda pensar en el final. En cómo toda forma tarde o temprano se transforma. Pero cuanto más lo evitamos, más duele la ruptura. Las rupturas. Cada ruptura. Porque parte de vincularnos es esto: rompernos, una y otra y otra y otra vez. Rompernos y rompernos. En cada ruptura, una transformación. Relacionarnos es transformarnos.

Sí, ponele que ahí suena más bonito. Pero no se trata de bonito Venus-Plutón. Se trata de asumir las ilusiones de mamíferos aterrados, del amor eterno y toda esa gilada. Gilada que nos compone, es cierto. Sagrada gilada. Pero irreal. Total y absolutamente irreal. 

Tarde o temprano todo se termina. Todo muere. Toda relación es, en algún punto, con la muerte. Con el pulso que todo lo arrasa. 

Días en que esa sombra se hace carne. En que los miedos a la separación se reflejan en la cara del amadx.

Solo podemos resistirnos

o dejar que los aullidos del abismo nos consuman

listxs para descubrir una vez más

eso que renace de las cenizas

de lo que ya no somos.

Escrito por Wem Marcos Wertheimer, consultor e investigador astrológico

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