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Marcos- ¿Qué es la libertad?

Shiva- Empezamos tranca. ¿A vos qué te viene?

M- Lo primero que me viene es que no existe la libertad.

Existe gente más o menos libre, más o menos esclava, en distintos momentos.

S- Y acá empieza esta libertad.

La búsqueda de conceptos abstractos, como libertad, felicidad, placer, es una de las principales prisiones en que pueden caer los humanos.

No existe la libertad.

Pero sí hay experiencias de sentirse libres. Y de no sentirlo.

M- Hay un montón de veces en que me siento atado.  

S- ¿En qué circunstancias?

M- Si tuviera que ver el patrón, lo similar, es siempre que por alguna circunstancia, alguna de mis partes no se puede poner en juego. Esa circunstancia puede ser interior o exterior.

S- Entonces podemos trazar un primer movimiento de Libertad que es el permiso para estar siendo quien sea que estés siendo.

Y, como decís, eso es un movimiento que viene del adentro y del afuera.

Hay contextos, lo sabemos, que crean esclavitud -entendiendo la esclavitud como lo que jerarquiza lugares interiores, y promueve la exclusión de alguno de ellos. Contextos que hoy en día siguen reprimiendo ciertos tipos de sexualidad, o el erotismo, o el deseo. O que ciertos cuerpos, por su biología, deban hacer tal o cual cosa -cuerpos de varón que deben ir al ejército, cuerpos de mujer confinados a la casa, etc.

Pero, aún en la sociedad donde más parezca que se promueve la libertad, hay muchísimas confusiones.

M- Al abrir lo social se me hace inevitable traer todo esta ligadura que se viene haciendo en el mundo entre la libertad, la libertad individual y el libremercado.

S- Sí, parece que es inevitable entrar ahí.

Y para eso, antes, te propongo que veamos más a fondo de que se trata el “estar libre”.

M- Bien. 

S- Decías que te sentís prisionero cuando te forzás a recortar alguna de tus partes.

El estar libre entonces se daría en el permiso para ser quien sos, 
para que todas tus partes puedan expresarse, ponerse en juego.

M- Así parece, sí.

S- Yo empezaría por el cuerpo.

Hay un cuerpo-esclavo y un cuerpo-libre.
En la postura, en la respiración, en lo más obvio.

M- Cuando me siento atado, siento mi cuerpo contraído. Como si hubieran unas sogas invisibles amarrándome. La respiración es cortada y a la vez furiosa. Soy como una fiera enjaulada. 

S- Y no podés ver ni dos centímetros más allá de vos.

M- No. Solo existo yo, y mi prisión.

S- El cuerpo-esclavo es un cuerpo ensimismado.

¿Y el cuerpo-libre?

M- Cuando me siento libre siento el pecho muy abierto, la respiración circula abundante. Y estoy mirando el entorno.

S- Tenés registro del lugar que ocupás.

M- Y lo vivo plenamente.

S- Acá llegamos a un segundo punto clave de la libertad.

La libertad no es hacer lo que se te canta, cagándote en le otrx, en las consecuencias de tus actos.

Esa es gran parte de la confusión.

Cuando vivís ese tipo de supuesta libertad, no estás siendo libre.

Estás dentro de otra prisión, que se llama rebeldía, que se llama egotismo.

M- Lo veo. Me da la sensación de que, en ese tipo de libertad, hay una carencia de fondo.

S- Totalmente. Es un cuerpo absolutamente carente.

El cuerpo libre es un cuerpo en contacto con su entorno.
Un cuerpo que percibe la trama en la que está inmerso
y se abre a habitar su lugar vital y amoroso dentro de esa trama.

M- Es un flash.

Desde mis pensamientos, tranquilamente podría imaginar que eso es una prisión.

“Ocupar el lugar que debo ocupar dentro de la trama” suena a algo fijado, atado, aprisionante.

Y, sin embargo, conozco la experiencia. Y siento que, claramente, son esos los momentos en que me siento libre.

S- El lugar que ocupamos dentro de la trama es siempre cambiante. Se va actualizando con el movimiento de la totalidad.

El sentirse libre nace de la escucha de esa totalidad, y de danzar orgánicamente con ella.

M- Re. 

En el sentirme esclavo, me recorto.

En la falsa libertad, también me recorto. Es más como un estado de reacción a la esclavitud anterior. Busco hacer eso que me estaba negando. Pero no hay vitalidad real ahí. Hay un poco de catársis, de liberación. Pero no cuerpo-libre, respiración ancha, plenitud y amplitud.

Nuestro estar libres, entonces, empieza por la escucha.

S- Claro. Siempre volvemos a la escucha.

Podríamos decir que es una simultaneidad, entre un estado receptivo de la trama en la cual estamos inmersxs, y la disposición interna y externa para moverse vital dentro de esa trama.

M- ¿Y cómo podemos saber el lugar que ocupamos dentro de la trama?

S- Lo sabés. Sencillamente lo sabés.

Te puede generar más o menos resistencias,
podés estar más o menos disponible a vivirlo.

Pero que lo sabés, lo sabés.

Y si lo dudás, me arriesgaría más a pensar que dudás de vos, de que puedas ocuparlo, de que merezcas ocuparlo, de que es una cagada ocuparlo… pero no del lugar.

Después bueno, la Astrología es un gran recurso para saber el lugar que ocupás en la trama.

M- Pensaba en eso.

Yo como sagitariano noto que mucho de mi estar libre se da cuando estoy transmitiendo la síntesis que voy creando.

Desde el principio, la imagen de mi estar libre que más se me viene, es dando un retiro, una jornada. Es frente a un grupo, transmitiendo.

S- Exacto. El sol astrológico sirve mucho para guiarnos en el estar libre.

Pero también bueno, la carta es una totalidad, y cualquier parte que quede afuera va a venir a pasar factura. Cualquier lugar excluido va a estar promoviendo el cuerpo-esclavo.

M- Me queda también lo primero, la cuestión de que no se es libre o esclavo, sino que hay matices.

S- Matices y convergencias.

Puedo estar sintiéndome muy libre en cierto aspecto,y muy esclavo en otro, al mismo tiempo.

A la vez que hay momentos más libres y momentos más esclavos. Entendiendo que no existe ni la libertad ni la esclavitud, sino un abanico infinito y cambiante que se mueve entre estos dos registros.

Cada instante con su textura única dentro del abanico. 

Así, la polaridad se va cayendo, y se transforma en un ciclar.

M- Pero, ¿para qué es necesario sentir a veces la esclavitud?

S- Muchas veces necesitamos perder para aprender a valorar.

Sin el sabor de las cadenas, no sabríamos disfrutar del sabor del aire libre que colma los pulmones.

En el estado actual del aprendizaje humano, son necesarios los contrastes para conocer.

Cuanto más sensible es el organismo, menos se necesita ir al extremo de un lado para conocer el otro.

Por eso seguimos siempre practicando el Tandava, la danza de la escucha que va sensibilizando el organismo.

Sería interesante que dances un Tandava donde te muevas entre el cuerpo-esclavo y el cuerpo-libre. Sin preferencias, habitando ambos polos. Conociendo la gama infinita que se abre entre esos polos. Ir comprendiendo que no se excluyen. Que en lo esclavo está también lo libre, y en lo libre está también lo esclavo.

La otra gran razón está en aprender a renunciar.

Sin aprender de la renuncia, tampoco se puede aprender de la gratitud de lo simple.

Y, tal vez, si seguimos con la conversación, lleguemos al tercer elemento fundamental del cuerpo-libre: la gratitud.

M- Agradecer, sea lo que sea que estemos viviendo.

S- Es otro modo de comprenderte yvivirte en lo vital de lo que está siendo.

El momento en que podés agradecer la vivencia en la que estás, estás libre.

No importa si estás en una cárcel, en una trama vincular asfixiante, no importa.

El momento en que podés asumir que eso que estás viviendo tiene un sentido,
es coherente con tu aprendizaje,
y lo agradecés, descubrís la semilla de cualquier libertad.

M- Es tan difícil a veces!

¿Cómo puede haber un sentido en toda esta mierda que a veces experimento?

Y a la vez, lo sé.

Sé que hay un sentido.

Y sé que cuando me abro a ese sentido, me abro a la vida, a su abundancia, a su magia, a su belleza. 

Y en ese momento de apertura, me siento libre.

De hecho ahora, en este tiempo tan intenso que vengo transitando…
recién ahora empiezo a vislumbrar el sentido.

No EL sentido, sino el hecho de que algún sentido tiene, aunque aún no lo comprenda.

Me abro más al Misterio. Y me siento mucho más libre. Aún con tanta renuncia.

S- Porque en el fondo, no hay forma de no estar ocupando el lugar que venís a ocupar. Por eso, el último elemento nos lleva de nuevo al primero: habilitarte, en el proceso vital y vincular en el que estás. Con tus dolores, tus miedos, tus pasiones…

Estar libre es,  fundamentalmente, estar abiertx. Abiertx a ser quien vas siendo, ocupando el lugar que vas ocupando, momento a momento, dentro de la trama, reconociendo el sentido del devenir.

Y permitiéndote, de tanto en tanto, agradecer todo este abismo de existir.

M- Ahora mismo, me siento libre.

Y me siento libre también porque estoy abrazando mis limitaciones, mis esclavitudes para las que hoy no encuentro salida.

S- Estás ocupando tu lugar, siendo quien estás siendo, abierto al sentido… aún cuando esto hoy implique no saber cómo vivir partes tuyas, aún cuando sigas fragmentado.

Recibirte fragmentado, en este viaje de integración inacabable, es estar libre.

M- Volviendo al neoliberalismo…

S- Ah, sí, nos había quedado en el tintero.

Bueno, claramente no es libertad porque…

M- ¿Porque es más ese segundo estado de hago lo que se me canta?

S- Sí. No hay permiso para ser, solo hay permiso para comprar y vender. Y eso es en sí un recorte. Un gran recorte. Posiciona al humano como mera criatura de mercado. La criatura de mercado no ama, no goza, no descansa… es solo producción y consumo. 

Y, si hay recorte ciego, no hay un estar libre.

M- Me quedo entonces con este registro en el cuerpo,
este sentirme libre en el descanso en mi estar siendo presente,
aún con mis fragmentos y mis dudas.

S- ¡Danzo este cuerpo-libre cuerpo-esclavo!

¡Danzo nuestros fragmentos junto al sol que está saliendo detrás del monte,
iluminando la tierra después de la Luna Nueva!

M- Danzo la certeza de la no certeza,
la danza de fragmentos en su inacabable viaje de reunión.

Estoy libre.

S- ¡Somos libertad!

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