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Del sexo como pecado, al sexo como objeto de estudio (ciencia) y de consumo (capitalismo). Pero el erotismo sigue des-sacralizado, moviéndose entre la superficialidad de una coreografía repetitiva, y el anhelo constante de confirmación de sí.

Proponemos darnos un espacio donde conversar sobre el erotismo como expresión del misterioso tejido que nos encuentra, habilitando al encuentro sexual miles de posibilidades, coherentes con el proceso singular que cada quién está viviendo.

En lugar de querer controlar el encuentro y sus resultados, abrirnos a ese sabor único, intenso y transformador que cada encuentro propone.

Tocar y dejarnos tocar por el despliegue relacional que sucede al mirarnos, al olernos, al sentirnos. Reconociendo el encuentro como experiencia sagrada de unión que nos desgarra y nos potencia, nos relaja y nos perturba, nos abre a niveles insospechados de la belleza que somos.

¿Cómo restituir la profundidad al encuentro?
¿Cómo re-conectar con una plenitud inimaginable?
¿Cómo incluir al otrx en el encuentro?
¿Cómo reconocernos relación?

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