Anhelamos muchísimo un estado de calma y quietud, que las mareas por un rato se aquieten, que el espacio sea puro sosiego.
Pero, ¿cuántas veces lo vivo nos ofrece esa posibilidad?
Abramos la mirada. Alrededor todo es puro dinamismo. Y adentro también.
Si algo se aquieta demasiado, muere.
El único lugar donde veo esa calma que tanto anhelamos es en los espacios sumamente protegidos para que las nuevas criaturas puedan dar sus primeros pasos: huevos, úteros, semillas…
pero, una vez afuera, la vida se me configura como este pulso profundamente indomable, del cual participamos desde el momento mismo de nuestro nacimiento.
Anhelamos una calma que no es de vida, sino de muerte
y así nos perdemos de la belleza del rugido, del pulso de abismo y amor que impregna este ritmo intenso de lo vivo.
Más que buscar calma, yo quisiera preguntarte:
¿qué está rugiendo hoy en vos?
Qué sinfonías evocan tus rugidos,
qué pulsos indomables te toman y te llevan hacia la experiencia de tu existir
que casi nunca es lo que esperamos que sea, aunque no podamos evitar una y otra vez predecir el próximo paso.
Vivir es la continua frustración de nuestras expectativas en el caldo de esta existencia ingobernable.
Me encuentro en un momento de tomar grandes decisiones de vida. No sé bien de dónde agarrarme para tomarlas.
Entonces, voy a lo que arde. No hay orden. Hay un movimiento que ya está sucediendo, desde el comienzo de los tiempos (el infinito). Parte de este movimiento… ¿qué instante estoy siendo en este movimiento inabarcable?
Arde el orden.
Soy movido por el caos anterior a todo gesto
-y la intuición secreta de que en ese caos el Misterio está danzando su inacabable improvisación de amor.
Y del otro lado el agua.
El agua tampoco está calma.
Agua, flujos de vida indomables.
Quiero llover sobre los incendios. Quiero brotar de la tierra y humedecer toda idea que esté demasiado seca.
Quiero invitarte a tu agua, también.
Pero sin esa idea romántica de solo lagos.
Agua-lago, pero también agua-río, agua-mareas. Agua-tsunami, también.
Agua-humedad en los gestos torpes del deseo.
Agua que arde.
Como todo en esta danza misteriosa.
¿Qué está ardiendo en vos, hoy?
¿Qué arde en mí?
¿Qué arde en nosotrxs?
Deseo profundamente, desde lo ondo de mi vientre,
que nuestros ardores se conviertan en camino
(y lo bueno es que no hay forma de que eso no suceda.)
Гама Казино Скачать на Андроид. https://github.com/sewer80/gamma