Hay tres modos de encarar cualquier Camino y Práctica
-y también te diría de experimentar cualquier relación, conversación o evento cotidiano.
1. Desde el mero automatismo
Movidx únicamente por la inercia:
simplemente hago lo que hago porque lo vengo/venimos haciendo así hace rato.
2. Desde la carencia y el anhelo de alcanzar algo
medito para alcanzar la iluminación,
rezo para pedirle algo a Dios,
entreno para verme atractivx,
bailo para conectar…
Siempre en función de un objetivo futuro, de algo que falta.
3. Desde la plenitud no-dual
Donde cada gesto brota de la celebración del Misterio de existir,
de una rendición profunda a la sabiduría de lo vivo,
que en absolutamente todo se está manifestando.
Una expresión espontánea de la Belleza.
En el Tantra, a estos tres modos los nombramos así:
-
Pashu: el ser del rebaño, atrapado en el automatismo.
-
Materialismo espiritual: la búsqueda de algo que creo que no tengo.
-
MahaMudra: el “Gesto de la Totalidad”, donde cada acto es plenitud en sí mismo.
Lo interesante es que si realmente dejás entrar estas palabras, en este mismo instante podés empezar a darte cuenta de que ya sos la máxima realización:
¿y si el próximo sorbo de mate que tomás es un éxtasis silencioso?
No es la búsqueda del éxtasis
sino la manifestación profunda de ese éxtasis de Misterio que ya sos y ya todo está siendo.
De esto se trata, en lo más profundo, el Tantra.
Nada que buscar, ningún lugar al que llegar,
ancladx en la consciencia intensa de que ya sos la más deliciosa expresión del Gran Misterio.
Con absolutamente todo lo que vas siendo.
Sin preferencias. Simplemente siendo.