Coronavirus – colaborar con lo inevitable
por Wem Marcos Wertheimer
Ayer sentí de todo: enojo con la gente que no respetó el pedido de aislamiento social, enojo con que estuvieran las fuerzas armadas en la calle, miedo de que le pase algo a mi compañera y a mi hijita apunto de nacer, un amor zarpado hacia ella y la hermosa red de amigues tántrikes que hemos creado, no sé, sentí realmente de todo. Y hoy me desperté, y queda esta extraña calma.
Hoy me sale decirnos: calma. Pero no la calma del “todo va a estar bien”, la calma de creer que la vida se va a seguir adecuándose a nuestras categorías de lo bueno y lo malo. Sino la calma de asumir que hoy simplemente no sabemos. La calma de danzar dulcemente en el apocalipsis. La calma de sonreírle a los abismos.
Fantasear que todo va a estar bien, o que todo va a estar mal, da igual: es fantasear. Mientras que lo único que tenemos es esto que es. Y hoy, más que nunca, lo que es es la evidencia de la total incertidumbre. NO-SABEMOS. No sabemos cuánto tiempo estaremos en cuarentena, no sabemos la repercusión económica ni social de esta crisis, no sabemos qué nuevas reconfiguraciones aparecerán de este caos.
Y tampoco sabemos convivir con el “no sé”.
En su libro “los dioses del cambio”, sobre tránsitos transpersonales, Sasportas titula al primer capítulo “colaborar con lo inevitable”. Creo que eso es todo lo que hoy podemos hacer. Preguntarnos cómo podemos colaborar hoy con lo inevitable. Podemos quedarnos resistiéndonos todo cuanto querramos a lo inevitable, y está bien, nos aterra, nos paraliza. Pero en algún momento, necesitamos hacer el click y preguntarnos: ¿cómo puedo colaborar hoy, desde mi singularidad, con todo este inevitable colectivo?
A mí me sale abrirme a mi vulnerabilidad, permitirme el miedo, y también moverme de ahí. Y escribir al respecto, y compartirnos. Hoy a las 20 hrs planeo hacer un Instagram y Facebook en vivo, “charlas apocalípticas 1 – acompañarnos en la incertidumbre” , para entretejernos un poquito más en este dulce caos.