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Hoy me encuentro en una especie de retiro interior.
Por fuera mi vida sigue igual que siempre.
Pero por dentro, algo está retirado.

Durante mucho tiempo creí que estar en un proceso de exploración vincular significaba, básicamente, estar siempre abierto y disponible a vincularme. En todas las matices y posibilidades de la vincularidad.

Lo podía justificar muy bien:
que somos criaturas vinculares
que el Tantra dice que solo nos aprendemos en relación.

Pero, ¿puede realmente haber relación en un cuerpo incapaz de cerrarse sobre sí mismo?
Y también, ¿la relación es solo entre humanxs?

Me siento en un retiro.
Es algo así como elegir total y absolutamente cuándo, cómo, y con quién me quiero abrir.
En vez de estar todo el tiempo perdido en otrxs. Desarmado y desorientado.

Hoy estoy necesitando estar situado en mí.
Un “yo” amplio.
Un yo que se refleja en la hierba humedecida de una mañana otoñal,
en el ornero cazando lombrices en el jardín,
en los primeros rayos de sol después de un día de lluvia.

No sé si existe lo “cerrado”.
Pero sí cierto descanso de la vincularidad humana,
cierto foco en la relación con la Tierra
y sí, apertura en los vínculos donde hoy me estoy sintiendo totalmente a gusto.
Donde hay confianza. Donde hay complicidad.

No estoy hoy para tener que especular.

Estoy para abrirme de lleno. Sigo igual de abierto y disponible.
Pero solo cuando sé que va a haber reciprocidad.
O no, no es eso lo que quiero decir.
No sé ni cómo decirlo, es tan nuevo en mí.

Es como estar en un eje propio, total y plenamente en mí,
con la válvula de apertura mucho más clara que nunca.
Dónde, cuándo, cómo y con quién abrir.
Y dónde, cuándo, cómo y con quién no hacerlo.

Priorizando, por primera vez en muchísimos años -tal vez en toda mi vida-
lo que me es cuidado y amable.

Ya tuve muchísimo de priorizar la aventura, el vértigo, la intensidad,
hoy quiero la intensidad de lo íntimo
que hasta ahora solo encuentro en vínculos humanos donde las bases de la confianza son sólidas,
y en esos otros vínculos no humanos, con una naturaleza salvaje, vital, desgarradora y amable,
la carne de la tierra en contacto nutricio con mi carne,
y en este vínculo conmigo -con lo que sea que sea esta multiplicidad de voces danzantes que me constituyen, adentro y afuera.

 

 

 

¿Cómo es esa danza entre abrir y cerrar?
¿Cuándo necesitamos abrirnos y cuándo cerrarnos?

Si te resuena explorar estas formas, darle foco a tu propia tendencia, o hacia afuera o hacia adentro, te traemos dos propuestas que van de la mano con este pulso.

Somatic Tantra y la Danza de las polaridades

Te cuento que esta semana lanzamos toda la info sobre Somatic Tantra, una invitación a aprender a honrar la sabiduría del cuerpo, su apertura y cerrazón.

La jornada intensiva de Polaridades ya está en la web, podés encontrar toda la info en el link de nuestra Bio.

Esta propuesta nos invita a exploramos en los distintos pulsos que componen nuestra existencia y cómo necesitamos encontrarnos con el otro lado de la polaridad que fuimos negando para vivir en una experiencia integral y completa de nuestra singularidad.

¿Te esperamos?

 

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