¿Qué es eso que le da sentido a cada uno de tus movimientos? Pregunta Luna Nueva en Sagitario. Esa certeza que anida en tu cuerpo, ese espacio irrevocable.
Esta noche, una vez más, la Luna oscurece el Sol. El inconsciente prima por sobre lo consciente. El cuerpo envía señales que marcan el camino. Estar acá, en la propia intimidad. Dejar eso que se emana hacia afuera, para entrar en un espacio más receptivo.
El sentido solo puede florecer en el vacío. Llenxs de estímulos, de luz, de pantalla, ¿qué sentido puede emerger? Necesitamos un tiempo de soltar todos los afueras, y darnos lo que las antiguas sabidurías de todo el mundo llaman la “búsqueda de visión”.
Este eclipse es el momento ideal para realizar esta búsqueda de visión. Quizás no podamos irnos tres días a la montaña sin nada más que nuestros cuerpos, como hacían lxs antiguxs. Pero sí podemos, sin duda, soltar todos los medios de comunicación hacia el exterior -celular, computadora, etc.-, y dejarnos penetrar profundamente por la noche. Entrar de lleno en ese lugar interior del sinsentido. Porque, seamos honestxs, detrás de varias capas siempre llegamos a este sinsentido. Aparece cuando menos lo esperamos. Y, en general, nos lo queremos sacar de encima.
¡Pero bienvenido sea el sinsentido! Es la única puerta a un sentido verdadero. Uno genuino. Uno que incluye cuerpo, corazón y espíritu.
¿Podemos entregarnos al sinsentido, a eso que llamamos crisis existencial?
Es nuestra posibilidad de hacerlo. Llorar, patalear, lo que haga falta. Porque entonces, en lo más profundo del sinsentido, puede empezar a aparecer el otro lado, el otro pulso. Esa verdad irrecovable que dicta nuestro corazón. Ese espacio donde somos meros servidores de algo mayor.
Es el espacio donde la libertad y el propósito son uno. Donde todo se siente afinado. Pero esto solo existe después de naufragar, una y otra vez, en el sinsentido. Para que nuevos sentidos puedan emerger cada vez. Sin naufragio, solo hay cristalización, rigidez. Naufragar, tocar fondo, para volver con sentidos cada vez más profundos, más reales. Listos, también, para volver a naufragar.