Cuando creo que listo, que ya trascendí el patrón vincular porque lo vi, y me encuentro repitiéndolo, una vez más.
Vale para cualquier patrón de esos tan incómodos
que no podemos parar de repetir.
¿Qué nos lleva a repetir siempre un patrón que nos duele?
Primero que nada, entender que los patrones se constituyen en la necesidad.
Cualquier mecanismo fue primero algo necesario e indispensable para nuestra supervivencia.
Solo que después no supimos hacer otra cosa.
Nos desconectamos del entorno, nos cerramos en esa experiencia que una vez fue efectiva.
El patrón no se actualiza de una vez y para siempre.
Se actualiza cada vez que lo vivo, y que lo veo mientras lo estoy viviendo. Una vez, otra vez, miles de veces.
Simplemente, tal vez, lo voy viviendo cada vez con un poquito menos de carga.
Me doy cuenta cada vez un poco antes de que estoy ahí, de nuevo, metidx en el patrón.
Y es ese mismo darte cuenta lo que te permite empezar a explorar otros caminos. Ni mejor ni peores, simplemente diferentes. Experimentos de nuevas posibilidades.