23 de junio del 2022
Marcos- Me siento un bosque oscuro, deshecho, después de un incendio.
Shiva- Estoy quieto
en el centro de este bosque devastado,
me dejo impregnar por sus aromas
donde danzan la vida y la muerte.
M- Estoy tocando fondo.
Siento esta calma el preludio de otra tormenta.
S- Siempre lo es.
¿Por qué el miedo a la tormenta?
M- Lo decís y ya cambia.
El cuerpo se prepara para recibirla.
Lo que me filtra es la culpa.
S- Ahora le sonrío a la tormenta.
Le abro las puertas.
¡Hola Tormenta, vieja amiga!
¿Estás para unos mates?
Qué alegría volver a tener toda tu destrucción en casa.
M- Si no me resisto, cambia la peli.
Ahora también me puede envolver esta tormenta.
La tormenta, vamos a decirlo, es el conflicto.
La confrontación con quienes me rodean.
S- Necesaria, saludable confrontación.
La tormenta destruye, abre y regenera.
Tiene implícito el florecimiento.
Lo mismo discutir lo justo y necesario,
enfrentar deseos y opiniones.
Lo importante es:
¿hay espacio en el corazón?
Confrontar con el corazón cerrado es violencia.
Confrontar con el corazón abierto es alquimia.
El corazón es el caldero donde las partes pueden encontrarse,
enfrentarse, moverse, caerse, romperse, sentirse, abrazarse,
mientras la transformación va sucediendo.
M- Abro el corazón, entonces,
en medio de la tormenta,
entre el dolor y el miedo y la furia.
Respiro, le doy aire.
Esta es mi tarea como alquimista, como tántrika.
S- Sos el espacio donde la tormenta se transforma en alquimia.
M- Soy la inacabable tormenta
de fragmentos que se van integrando
con la fuerza del volcán.