Solo puedo quedarme acá observando el mapa de esta lunación. Sintiendo la fuerza de un volcán apunto de explotar en mis entrañas.
Hago una lista de palabras, y todas se sienten insuficientes.
Exclusión de lo diferente, desarraigo, muertes vinculares…
Intensidad. Sencillamente, intensidad.
¿Cómo es dejarnos atravesar por lo simplemente intenso?
Sin intentar etiquetarlo, ubicarlo.
Naufragar en la mismísima intensidad que es existir,
hijxs del volcán,
la magma del pasado cristalizada en nuestros cuerpos de obsidiana
requebrajándose para dar paso a nuevos senderos
que solo se nos revelan misteriosos.
Eclipsadxs, lunáticxs. Absolutamente lunáticxs.
Listxs para sumergirnos en esta oscuridad sin nombre
—¿cuándo se decretó que lo oscuro era lo otro de lo claro?
La noche siempre es oscura. Aunque la luna a veces ilumine los senderos.
Esta noche, la luna y su halo de plateada claridad también se oscurece.
Noche absoluta.
Buscamos la Astrología para intentar ordenar algo,
y luna llena en Escorpio simplemente nos responde:
no esta vez.
El caos es tu morada posible.
¿Qué habita este caos?
La historia de los últimos varios miles de años,
es la historia de lxs conquistadorxs, siempre, y en todas partes.
Conquistadores que se imponen sobre lo Otro, sobre lo diferente,
una y otra y otra vez.
¿Qué diferencias propias estamos aniquilando?
¿Qué lugares en vos mismx estás excluyendo
en el legado de las tiranías, en tu tiranía interior?
Ahí, en lo monstruoso,
está el origen de la sed
y del amor.
Luna llena eclipsada ruge:
¿podés escuchar esa monstrosuidad de una vez?
Reconocer que simplemente está herida
llena de tesoros que nunca has aceptado.
¿Podés recibir esta vez a la monstrosuidad a tu mesa?
Compartir los alimentos
y los venenos
—que son nuestra medicina.
Y tal vez te des cuenta que no puedas.
Que esa monstrosuidad que te vive se siente demasiado monstruosa.
Me gustaría ofrecerte, por un rato, estos ojos,
capaces de ver en esa criatura
llena de cicatrices, visibles e invisibles,
llena de miedo,
el tesoro de tu vulnerabilidad desnuda
donde brota la potencia.
Tal vez sí, tal vez no.
Pero esa monstrosuidad no se va a ir a ninguna parte
por mucho que la intentes aniquilar.
Porque vos sos también ese monstruo sediento de amor.
Un desarraigo esencial nos constituye
un Edén perdido
es que solo hay Edén
si la serpiente, la manzana, dios, diosa
y los cuernos del toro
pueden danzar una danza mucho más antigua
que los mitos de la separación.
Un desarraigo esencial nos constituye
y una simple caricia, una palabra, una muerte,
en el momento justo
puede abrazarlo
y mostrar ese sol interior
que brilla en los lugares más recónditos de nosotrxs mismxs.
Saturno en Acuario hace de eje para esta Luna.
Las bases están en reconocer
que solo si movemos como parte
de la trama siempre cambiante de lo vivo,
solo si aprendemos a danzar incertidumbre
podemos recuperar
la porción de este Edén
que nos merecemos.
Pero esto requiere un gran compromiso,
una gran responsabilidad.
Esta Luna eclipsada es un umbral de absoluta intensidad
de cara a la gran transformación planetaria que se comienza en marzo del 2023
cuando Plutón avance de Capricornio a Acuario por primera vez,
cuando de la gran crisis del patriarcado
comience el reconocimiento de que la única reparación posible se da en relación
-dándonos cuenta de toda la crisis relacional que venimos arrastrando.
Pero no me quiero adelantar.
La pregunta hoy, es:
¿cómo generar hoy las bases para incluir eso que hasta hoy percibo amenazante
de mi mismx y del otrx?
La respuesta está en el cuerpo.