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La burocracia, de Galeano

Sixto Martínez cumplió el servicio militar en un cuartel de Sevilla.
En medio del patio de ese cuartel, había un banquito. Junto al banquito, un soldado hacía guardia. Nadie sabía por qué se hacía la guardia del banquito. La guardia se hacía porque se hacía, noche y día, todas las noches, todos los días, y de generación en generación los oficiales transmitían la orden y los soldados la obedecían. Nadie nunca dudó, nadie nunca preguntó. Si así se hacía, y siempre se había hecho, por algo sería.
Y así siguió siendo hasta que alguien, no sé qué general o coronel, quiso conocer la orden original. Hubo que revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se supo. Hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandado montar guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriera sentarse sobre la pintura fresca.

Galeano lo llama burocracia.
Yo lo llamo hábito.
Y creo que todes, de alguna forma, estamos repitiendo hábitos
que no entendemos bien,
que no tenemos idae para qué se hicieron así alguna vez,
en qué contextos fueron realmente funcionales
o por qué no lo son en el nuestro.

Estos hábitos están constituídos en lo profundo de nuestra memoria celular.
Por más de que nuestra razón entienda lo ilógicos que son -o quizás ni siquiera-
el proceso de transformación de cualquier hábito
implica un viaje a las profundidades de nosotrxs mismxs.

Viaje que empieza en el nivel mental, abriendo nuestra mente a que esta posibilidad que hasta ahora asumimos como única y verdadera, sea solo una posibilidad más en la totalidad de posibilidades. Reconociendo que quizás existan posibilidades que colaboren más con nuestra plenitud. Y que somos dignxs de vivirnos en plenitud.

Entonces empieza el viaje de ponerle el cuerpo-corazón, explorando esas otras posibilidades
reconociendo cada vez todo el hábito del cuerpo de ir a lo conocido,
y, cada vez, en el poder de la consciencia,
probar un movimiento diferente.

La única forma de realmente transformarnos
es ponerle el cuerpo-corazón a la transformación.

Se vienen dos propuestas muy hermosas para habitar esta transformación
y resintonizar con la sabiduría de nuestros cuerpos en contacto:

El ciclo de Movimientos Elementales, que estaremos compartiendo online en julio.
Y el retiro de Presencia elemental, que estaremos compartiendo en Brandsen, Argentina, en Junio (¡que ya habíamos llenado los 36 cupos y por cuestiones personales se abrieron 5 de ellos, disponibles para llenarse esta última semana!)

Escribinos para recibir toda la info o andá a nuestra página web para verla vos, y anotarte si así lo deseás.

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