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¿Sabías que casi siempre, al hablar, hablamos sobre otrxs? Se dice incluso que la evolución del lenguaje está sumamente ligada al “chisme”. Necesitaban esas primeras organizaciones saber quién era apto y quién no para liderar, quién podía ser un peligro. Y hoy, 70.000 años después, parece que seguimos en la misma.

Por eso, al comienzo del Entrenamiento Tántrico Alquímico, proponemos una serie de pautas lingüísticas que nos acompañan a lo largo de todo el recorrido, pautas que nos invitan a hacernos responsables sobre nuestros sentires, y a profundizar en ellos.

Para que el lenguaje no sea un embrollo de excusas, justificaciones y mandatos, sino un modo de acercarnos más a la experiencia.

Estas son las 8 propuestas lingüísticas: 

#1 Hablar en primera persona y en presente. No generalizar.
Ej: En vez de “viste que uno se pelea con su pareja y después tiene ganas de…”, “estamos peleadxs, siento mucha bronca”

#2 Priorizar el sentir presente, por sobre el pensar. Evitar juicios e interpretaciones.
Ej: En vez de “Pienso que blabla y blablabla porque pienso que tal y cual filosofía o tal y cual moralidad” , nombrar el sentir: “Estoy triste”.

 #3 Priorizar el cómo por sobre el qué y el por qué.
Ej: la pregunta por el “por que” nos lleva directo a la mente. En cambio la pregunta por el cómo nos lleva directo a la sensibilidad. Por ejemplo: en lugar de por qué estoy triste? , preguntar cómo es esta tristeza ahora?

#4 Utilizar lenguaje poético y descriptivo para entrar más profundamente en el sentir.
Ej: “Siento tristeza”, y cómo es esa tristeza? “Siento un nudo que me ahoga en la garganta”. 

#5 Hablar directamente, sin vueltas, ir directo al punto sin manipular.
Ej: En vez de “ Lo que pasa es que lalalala y lalalala y los soles y las lunas”. ¡No!
Cuesta, lo sé, pero empecemos a entrenar esto de ir al grano “necesito esto, no quiero aquello”.

#6 No interrumpir, invadir o intentar cambiar lo que le otre esta diciendo.
Ej: Le otre se larga a llorar al contarme algo y yo le digo: “Bueno, bueno, va a estar todo bien”. Preguntarnos: este accionar ante la escucha, ¿será para evitarme yo la incomodidad de lo que le sucede?

#7 Observar la distinción entre el “no puedo” y el “no quiero”.
Ej: Cambiar los no puedo por los no quiero, para hacernos cargo de lo que queremos y lo que no. Y a veces lo inverso, cambiar los no quiero cuando realmente son no puedo, asumiendo la vulnerabilidad de ser criaturas limitadas. 

#8 Reemplazar el “pero” y el “o” por el “y”. Una emoción no invalida la otra.
Ej: En vez de “Quiero jugármela pero no puedo”, incluir “ quiero jugármela y a la vez me da miedo”.

Te invitamos a compartir estas pautas con las personas con las que solés hablar, y ver qué sale! Algunas, como simplemente hablar en primera persona, en lugar de plural o impersonal, ya modifica muchísimo. Si te dan ganas de probar, contanos cómo sale esa experiencia!

 

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