M- A veces siento que en mi propio pulso expansivo puedo dejar de registrar al otrx. O también cuando estoy como en esta etapa, malabareando sobre una cuerda floja.
Siento que no me queda espacio. Y que el entorno me pide que esté, y no sé cómo.
Y a la vez se me mezcla:
no entiendo a veces los bordes entre registrar al otrx, respetar al otrx, o solo complacer.
Me cuestan los límites, entonces mejor me borro, creo.
S- Yo diría que, antes que al otrx, te perdés a vos mismo.
Antes de colgar a F., te colgás a vos mismo:
tomarte el tiempo para conectar con tu necesidad,
y comunicarla certero y, a la vez, en contacto.
Cuando C. te trae lo que te trae, antes de todo,
dejarla entrar, escucharla, escucharte, escuchar.
Percibir la trama relacional y, en contacto con cada parte,
responder.
Vos solés ser bastante impulsivo.
M- ¿Decís?
S- …
M- Sí, con esto toco que es bastante claro que esta impulsividad
es para sacarme las cosas de encima.
La sensación igual es que tengo tanto que resolver
que no me puedo colgar un mes con cada aspecto.
S- Sí, y no.
Pero creo que, al menos, es importante darle unos momentos
a cada cosa, para reconocer qué está necesitando ese proceso,
hasta que ya sí lo puedas dejar ir.
Agarrarlo, respirarlo, digerirlo, y después sí, cagarlo.
Fijate que no tiene que ver con registrar o complacer al otrx,
sino con el tiempo de registro que cada experiencia relacional precisa.
M- Es hermoso.
Y lo siento clave para el viaje de Alquimia Vincular de este finde.
Como algo de llevar el foco al espacio de la trama relacional que estamos evitando, y darle el tiempo de registro que precisa.