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Algo en nuestra cultura parece querer llevarnos siempre por la ruta del tiempo-vorágine. Nos llenamos de estímulos para no sentir. Y así nos vamos dejando de lado. El Tantra dice que nuestra naturaleza es pura potencia creadora y amante. Solo que nos vamos creando corazas para poder sobrevivir. A lo largo de tu vida, fuiste aprendiendo que hay partes de vos que no pueden ser expresadas. Fuiste aprendiendo que algo vos estaba mal. Y así fuiste creando una jaula para impedir que todas esas emociones se expresen. La misma jaula que impide que el afuera te toque. Necesitamos recordarnos, una y otra vez, que somos perfectxs tal y como somos. Que no hay absolutamente nada en vos que esté mal. Que sos simplemente un humano transitando la existencia, un animal rugiendo, unx diosx danzando. En sintonía con la danza de lo vivo. Necesitamos recordar, una y otra vez, que todo en nosotrxs es sagrado, que todo forma parte de la inteligencia del cosmos expresándose. Y el vacío es muchas veces el puente para esta re-sintonización. En el vacío podemos poner a descansar las corazas, y dejar que nuestra totalidad sea vivida. Y vivir nuestra totalidad es darnos el permiso de crear. Así, el Tantra es un vacío fértil que nos recuerda nuestra potencia creadora y amante, en sintonía con lo creador y amante del cosmos. Bienvenidx seas a recordarlo.
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