Impulso, puro impulso. Para crear lo que quiere ser creado a través de estos cuerpos. Para destruir lo que necesita ser destruído. Pulso movido por elpuro fuego deseante de las entrañas. Y cuestiona la razón, los moldes, las etiquetas.

Un nuevo ciclo astrológico comienza.Una nueva oportunidad de dejar que lo auténtico florezca en nuestros cuerpos.De dejar que se enciendan nuestras células, y se muevan en destellos de intuiciones pasajeras.Â

Así es el fuego ariano: destellos deseantes que nos mueven.

Y así nos requiere: sumamente atentxs para reconocer esos destellos y subirnos a sus olas.Dispuestxs a prendernos fuego.


El miedo al deseo, el miedo al fuego, nos tiene tantas veces apagadxs. Dormidxs. Perdidxs. Desorinetadxs. Y sí, eso también es parte, nadie lo niega -todxs venimos de Piscis, donde ese estado de desorientación está perfecto. Pero si en temporada ariana algo sigue sin prenderse, se trate posiblemente de un miedo crónico a lo indomable del deseo en nosotrxs.

Y sí, es cierto, el fuego destruye. No lo voy a negar. Pero, primero que nada, ¿qué hay de malo en la destrucción? ¡Hay tanto que necesita ser destruído!No todo fuego destructor es equivocado.Tantas estructuras y tantas relaciones y tantas imágenes que sostenemos por el mero miedo a caer en un abismo que escape a nuestro control. Y así, el fuego queda apagado. Y nos vamos deprimiendo.

La depresión no es más ni menos que fuego reprimido.

¡Que este nuevo ciclo nazca en el fuego de nuestras entrañas, y se expanda en todas las direcciones del florecimiento más genuino de nuestros corazones y nuestra intuición!

Que tomemos esta nueva oportunidad de florecer.

Que nos prendamos fuego, corazones.

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