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Tránsito de Venus en Virgo – del  23/7 al 16/8

Virgo es un especialista en reconocer repeticiones y puntos de disfunción de la máquina. Es como un programador, capaz de ver algoritmos donde el resto veríamos solo experiencia. Sé que puede sonar aburridísimo imaginar la relación como un algoritmo. Pero esta temporada tiene algo fundamental que enseñarnos, como todas las otras.

Mientras Venus transita Virgo, es posible que nos sintamos menos eroticxs y deseantes de lo habitual. Esto nos lleva, habitualmente, a retirarnos entonces del plano más vincular o eróticx.

Pero también puede ser una invitación a estar presentes desde esta distancia. Descubriendo cómo esta distancia nos permite también mayores claridades. Nos permite ver más de cerca esas posibles distorsiones de la máquina-relación. Esos lugares donde algo se vuelve automático y dañino.

En esta distancia de Venus en Virgo podemos, también, abrir nuevas posibilidades

Algo que hablo muchísimo en las sesiones para parejas que acompaño es que, con el tiempo, no podemos esperar que una relación siga teniendo la misma chispa que al comienzo. Ahí es donde Venus en Virgo se vuelve infalible. Porque sabe que no, que esa chispa no persiste por si sola, pero que se pueden crear distintos rituales de encuentro. 

Rituales en una fecha y horario específico. Porque si seguimos esperando que la chispa venga por sí sola, estamos al horno. Acompaño muchísimas parejas, y en todas esto es un hecho: con el tiempo, la cotidianeidad se come al vínculo. 

Entonces, ¿qué? ¿Resignarnos? ¡NO!

Entonces, agarrar la agenda. Asumir que los tiempos de encuentro necesitan estar pautados.  Pautar citas, pautar encuentros, pautar rituales. Convocar la energía del encuentro. 

Llenar la casa de aromas, de sabores, de colores, de texturas, de sonidos que inviten al encuentro. Aprovechar la minusiosidad virginiana para generar un espacio ritual donde el encuentro pueda suceder. Transformar una habitación en un templo tántrico. Y encontrarse.

Incluso es interesante aprovechar esta cuestión ritual que trae Virgo para que el encuentro tenga sus caminos. 

En general imaginamos que, si seguimos pasos, todo va a ser un embole. Pero no nos damos cuenta de que siempre estamos siguiendo pasos. Y eso sí que es un embole. Que el encuentro sea siempre la misma coreografía, que ni siquiera elegimos, es un embole.

Crear un ritual de encuentro apoyado en nuestros deseos de explorar distintas capas de la relación, ¡eso sí que puede ser una delicia!

Con momentos de mirarnos, momentos para masajes, momentos para compartir una comida, momentos para olernos, momentos para ser salvajes, momentos para ser sutiles… ¡lo que les de la gana! 

Bendito sea pues este Venus en Virgo, que nos permite crear nuevas coreografías del encuentro, mucho más en contacto con nuestro interés y nuestro deseo real. Y, claro, esto vale también para el encuentro erótico – íntimo con ustedes mismes en soledad. Así que no hay excusas.

Escrito por Wem Marcos Wertheimer, consultor e investigador astrológico

Invitamos a quien sienta el llamado puede realizar una consulta de Carta Natal. 

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