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Ayer Ceci Perna me mostraba un dispositivo que ahora está de moda en Japón:
unos labios que se conectan al celu, y te permiten besar a una persona a kilómetros.
¿Besar a una persona a kilómetros, o besar a un dispositivo insensible que simula los movimientos y registros de unos labios?
¿El dispositivo es insensible? ¿Cómo se encuentran, en un beso, lo orgánico y lo inorgánico? ¿El afecto, el erotismo, y la distancia?

Urano viene transitando Tauro desde mayo del 2018, y le quedan todavía 3 años.
3 años de esta mutación de nuestra sensibilidad que está sucediendo a ritmos abismales y a escala global.

¿Qué inteligencias se revelan en este proceso de mutación colectiva?

Por un lado, registro en mí las tendencias más reactivas. Creer que en todo esto solo se vislumbra un acoalipsis cercano de los cuerpos, un ir deviniendo avatares virtuales cada vez más alejados de la sustancia orgánica que nos compone.

Pero también es real que cada vez más vamos tomando consciencia de la necesidad de reconectar con la sabiduría de los cuerpos.

Porque los cuerpos los abandonamos mucho antes de las redes sociales y del Zoom.
Los cuerpos los venimos abandonando hace unos cuantos milenios, por religiones y cosmovisiones que plantean el cuerpo como el territorio del pecado.

La extrema virtualización de los cuerpos que hoy estamos viviendo, como síntoma de algo que empezó hace mucho tiempo, solo evidencia la necesidad de recuperarlos.

Pero no un recuperarlos que sea negación de las nuevas posibilidades de interacción que vamos desarrollando.
Un recuperarlos apoyadxs en la pregunta por la sensibilidad y el contacto.

¿Cómo establecemos contacto hoy los humanos? ¿Qué posibilidades se abren y cuáles se cierran en este horizonte de mutación sensible que vivimos?

¿Cómo podemos seguir retejiendo los caminos con nuestra existencia corporal, sin negar nuestro devenir cyborgs?

¿Cómo es habitar lo singular de cada corporalidad?
¿Cómo habita cada quien su cuerpo?
¿Cómo conecta?

Urano es ambos movimientos:
la virtualización
pero también la singularización.

Hasta ahora, el cuerpo siempre había sido parte de lo colectivo, ya sea para la reproducción o para la guerra.
Es la primera vez que podemos ser realmente soberanos de nuestros cuerpos.

Y estos días, en el encuentros de Venus en Tauro con Urano, se nos abre la pregunta:
¿qué nuevas posibilidades tiene hoy la especie humana de vivir el placer?
¿Cómo es tu modo singular de sentir placer?
¿Cómo es recuperarnos cuerpo gustoso, en lo singular de cada experiencia?

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