fbpx

Las 5 etapas en el camino de transformación

Nombramos sexo, y un montón de sensaciones ya empiezan a brotar en los cuerpos.
Aprendimos tantas cosas sobre el sexo. Vivimos tantas cosas alrededor de la sexualidad.
Encuentros sexuales hermosos, encuentros sexuales frustrantes, encuentros sexuales dolorosos. Todo ahí. En este sagrado acto de encontrarnos.

Dejamos entrar la palabra, y miles de memorias brotan en nosotrxs. Algunas más personales, otras más colectivas. Algunas reminiscencias del éxtasis. Algunas reminiscencias del sufrimiento.

Abro los sentidos y percibo:

¿qué está pasando hoy alrededor de nuestra sexualidad?

Y, a pesar de que creamos que algo se ha liberado muchísimo -y seguro, algo se viene liberando-, veo que lo que impera todavía es mucha ignorancia, torpeza y disgusto.

Veo un sexo vacío, banalizado. Un sexo coreografiado por la industria millonaria de la pornografía.

Un sexo sin encuentro real. Un sexo dessacralizado.

Veo también muchas preguntas necesarias acerca de nuestra sexualidad.

Preguntas de los lugares habituales que venimos ocupando varones y mujeres, preguntas sobre los condicionamientos de género, preguntas sobre cómo empezar a tejer nuevos caminos.

Si algo deseo, es que nos sigamos preguntando.
Y, entre tantas preguntas, compartir algunos de los nuevos ensayos que venimos descubriendo.

Hoy, en medio de estos ensayos, siento un posible camino para comenzar a retejer los puentes hacia una antigua sexualidad olvidada. Sexualidad de cuerpos encontrándose en contacto profundo, en mutua circulación de sabrosas intensidades, de caricias y salvajes danzas. Sexo que nos une y nos transforma.

Pero esto no se puede dar de un día para el otro.
Y no se puede dar solo por darnos cuenta de que lo estamos necesitando.

Eso es muy asombroso en lo que respecta a nuestra sexualidad:
comenzamos a ver que hay cosas que ya no queremos, o nuevas posibilidades que desearíamos explorar.

Pero, cuando llega el momento del encuentro… volvemos a repetir las mismas coreografías que ya nada tienen para aportarnos.

Es que estas coreografías están inscriptas en nuestros cuerpos.
En cada célula que la viene aprendiendo y reproduciendo hace algunos cuantos cientos de años.

Entonces, ¿cómo hacer?

Primero lo primero: no hay nada de malo en lo que estamos haciendo.
Si de algo no se trata la propuesta del Tantra, es de generar un nuevo ideal al cual llegar. En relación a nuestra sexualidad, ni a nada en la vida.
No es que ahora nuestro sexo debe ser así o asá. Nada de eso.

Simplemente es ir reconociendo eso que ya no acompaña nuestra plenitud, e ir corriendo el riesgo de transformarlo.

La pregunta no es tanto cómo hacer, sino desde dónde hacer.

Y ese desde dónde es: desde la amabilidad y la posibilidad.

 

1 – Consciencia

Primero que nada, necesitamos reconocer amablemente este patrón que nos lleva una y otra vez al lugar conocido, mecánico, inauténtico. El lugar de descarga, de superficialidad, de ausencia de otredad.

Registrarnos ahí, sin juzgarnos. Simplemente reconociendo que sí, que esto es lo que venimos sabiendo.

Para esto necesitamos un momento de poder mirarnos desde afuera. Ser testigxs de la experiencia. Sin juzgarla. Observándola amablemente.

2- Presencia corporal-emocional

Para volver a sumergirnos en la experiencia.
Entonces, respirar este movimiento coreográfico. Reconocernos en él.

Habitar nuestros cuerpos.
¿Cómo está el cuerpo al seguir esta coreografía sexual?

Tal vez nos encontremos con un cuerpo cerrado y angustiado. Un cuerpo que puede incluso estar asqueado.

Y simplemente necesitamos permitirnos sentir eso que estemos sintiendo. Ese es nuestro viaje de consciencia emocional-sexual: sentir eso que sentimos al reconocer la pauta habitual de nuestra sexualidad.

3- Presencia vincular ampliada

Entonces, al sentir esto, necesitamos expandir un poco más la percepción.
Sentir, no solo lo que yo mismo estoy sintiéndose, sino lo que está sucediendo en la relación.

Sentir tanto mis propias sensaciones como las de aquellxs con quienes esté compartiendo el encuentro sexual coreografiado.

¿Qué está sucediendo entre nosotrxs?

4- Diálogo

Entonces, viene la llave.
Para que cualquier transformación sea posible, lo primero que debe haber es una total confianza. En que puedo nombrar lo que sea que esté sintiendo.

Habilitar el diálogo. Nombrarnos.

Solo en esta confianza pueden brotar nuevas posibilidades.

5- Nuevas posibilidades para nuestra sexualidad

Las nuevas posibilidades no son necesariamente mejores ni peores que las conocidas.
Son, sencillamente, un experimento compartido.

¿Probamos? nos decimos.
Ni idea qué vamos a encontrar.
Pero si la confianza está anclada en los cuerpos, probar es una hermosa posibilidad.

La única posibilidad de transformación.
Sin un ideal o meta a la cual llegar,
sino en la mera posibilidad, en el puro probar.

¿Qué aparece cuando nos permitimos encontrarnos en la mirada, en una caricia sentida, en una penetración totalmente habitada?

Respiramos juntxs. Respiramos como vamos pudiendo, pero respiramos.
Y empezamos juntxs un nuevo camino:
el camino del misterio sexual

Si te resuena este camino hacia una sexualidad gustosa y vincular

donde las emociones son un tesoro y no un impedimento

te invitamos a sumarte a nuestro próximo taller el miércoles 23 de noviembre, de 18 a 20:30 hrs, por Zoom

TANTRA, SEXO Y CONSCIENCIA EMOCIONAL

×